Provincia de Pisa.
María Cozzi Giuliano sufría de un epitelioma en la lengua. Internada en el
hospital de Santa María Novella, en Florencia, el 18 de agosto de 1919,
debía ser operada tres días después. Desde hacia siete meses sus
sufrimientos eran enormes y su lengua, cubierta de fungosidades, le
impedía casi por completo la masticación. Un sacerdote le dio un retrato
del Padre Pío y le sugirió que hiciese una novena tomándolo por
intercesor. Así lo hizo. A la mañana siguiente, 19 de agosto, María fue al
dentista que debía sacarle unas muelas antes de la operación, y éste
comprobó con asombro que la lengua estaba cicatrizada completamente.
Lamo entonces al Dr. Marchetti, el cirujano que debía operarla; el doctor,
luego de un prolijo examen, la declaro curada y la envío de vuelta a su
casa.
San Giovanni Rotondo.
A principios del año 1925, la Sra. Paulina Preziosi, madre de cinco hijos,
tuvo una pulmonía, y los médicos no le dieron ninguna esperanza de
curación. Alguien pidió oraciones al Padre Pío, y éste predijo que la
enferma curaría al sonar las campanas de Pascua; era entonces la
Semana de Pasión. El Viernes Santo, la enferma entro en coma. A la
mañana del Sábado, al Gloria de la Misa, el Padre Pío cayo en éxtasis, y
cuando se echaron las campanas a vuelo, la fiebre de la Sra. Paulinas
había desaparecido por completo.
La Sra. María Pennisi, nacida en Nueva York y habitante de Pietrelcina,
dictaba clases en las Ursulinas de Benevento. En 1922 enfermo de
tuberculosis y fue atendida por el Dr. Moscato, profesor de la Facultad de
Nápoles.
Su caso parecía desesperado; volvió a Pietrelcina con fiebre altísima y con
vómitos de sangre.
Los Pennisi decidieron recurrir al Padre Pío.
Este , que no conocía a la familia, presintió su visita, les salió al encuentro
y, antes de las presentaciones de practica, apoyo su mano en el hombro
de María diciéndole:"Esta curada".
Así fue, en efecto, pero desobedeciendo el consejo del capuchino, la mujer
dejo Pietrelcina y pronto recayó. Volvió a sanar, y esta vez definitivamente,
al ser tocada por un lienzo impregnado en la sangre del Padre Pio.
Curación de Enrique Del Fante.
Después de un examen radiografío, el profesor Palmieri decreto que la alta
temperatura del paciente era provocada por un absceso al riñón.
Enrique Del Fante era sobrino de Alberto, que entonces era incrédulo. Por
pedido de su cuñado Antonio Tonelli - que ya había gozado de las gracias
alcanzadas por el capuchino - el Padre Pio predijo la curación para un día
determinado. Esta se realizo, provocando la conversión de Alberto Del
Fante, que tanto ha hecho desde entonces por hacer conocer los hechos
extraordinarios de la vida del Padre Pio.
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